martes, 1 de julio de 2008

¿Aún no conoces Bovary?

Puede que hayas llegado aquí por casualidad. Puede que haya sido a través de alguno de los vínculos de nuestros amigos en la malla máxima mundial. Y puede que te preguntes qué es esto.

Este blog es una de las naves nodrizas de la revista literaria Bovary, que salió a la luz el mes pasado con unas intenciones muy claras. Está disponible en papel y en formato pdf. Es gratuita, es preciosa y es muy buena. Te dejo con el editorial del número 0 para que sepas más:


Vale, sí. Otra revista literaria. ¿Pero me dais un segundo antes de amontonarla con el papel para reciclar? Bienvenidos a Bovary. Estamos aquí para haceros leer y escribir como locos. Hemos escogido este nombre por dos razones: la primera, porque quien lo inspira, la celebérrima Emma Bovary, hacía siempre lo que le venía en gana; la segunda, porque como logo quedaba genial.

Dentro de este panfleto con portada a medio construir están las voluntades de un peculiar grupo de profesionales de la edición y el diseño sumidos en una perpetua orgía creativa. Somos gente de letras modernas, de letras urbanas, y nos revienta profundamente que el universo de lo literario se reparta entre críticos gongorinos que escriben para ellos y devoradores de best-seller o amantes de cubiertas en relieve. Hay una gama de grises, y vale más que cualquiera de sus extremos. Por eso estamos aquí, porque queremos recomendaros lo que nos gusta, porque queremos leer lo que paren vuestras mentes enfermas y porque queremos demostrar, línea a línea, píxel a píxel, que sin literatura el mundo sería una verdadera mierda.

No tengo espacio para hablaros de nuestras secciones, pero sólo tenéis que girar la página. Saldremos a la calle cada cuatro meses; para saber dónde encontrarnos sólo
tenéis que consultar el listado de puntos BOVARY en nuestra web (http://www.bovary.es/). Y ya que entráis, echadnos un cable. La revista es gratuita, así que sólo podremos saber si funciona si comentáis y participáis. Criticadnos, inflad nuestro ego, contadnos que nos usáis para calzar la mesa del comedor. Pero comunicaos, porque si no lo hacéis, nada tiene sentido.

Sólo hay una cosa que nos diferencia de Emma. Ella se suicidó; nosotros, con vuestra ayuda, perduraremos.